La moralidad, según la entienden los burgueses- hoy en día los llamamos ricachones, empresarios- consiste en explotar el trabajo de otro. Son salteadores de caminos. Solo estos explotadores pueden reunir dinero para comprar propiedades y sus lujos. -vender la fuerza de trabajo no es una transacción libre sino forzada, por el hambre. el empresario, con el contrato, convierte al obrero en su siervo sumiso , obediente y pasivo, el empresario es movido por una insaciable codicia de beneficios y de poder, se aprovecha de la dependencia económica del obrero y lo trata de un modo áspero, insolente y brusco. si existiera igualdad en la negociación entre el empresario y el obrero, entre la venta del trabajo del obrero para no morirse de hambre y la compra por parte del empresario según la ley de la oferta y la demanda, entonces no existirían ni pobres ni ricos ni explotadores pues solamente habrían trabajadores pagados justamente. La explotación excluye la hermandad y la igualdad entre los trabajadores. Si el empresario da a los obreros un trabajo, salario y condiciones de vida para una existencia libre, humana y digna, entonces el empresario dice que no se beneficia de su capital y que se convierte en un trabajador más de su propia empresa con el mismo sueldo de los otros trabajadores. El empresario quiere que su capital sea fecundado por el trabajo de los obreros , para él enriquecerse. -el proletario es generoso, no es cruel, somos solidarios y queremos que los otros millones de trabajadores esclavizados disfruten algún día de la libertad y de la felicidad, tenemos el alma pura y somos espirituales porque nada tenemos mientras que los empresarios son los más materialistas de todos los hombres, solo se ocupan de sus bienes materiales, de sus propiedades , sus lujos, sus hermosas mujeres e hijas consideradas como objetos de lujo también, y su propio cuerpo que cuidan y alimentan muy bien. -existe un tipo de trabajador, del tipo de trabajo envidioso, que se acaban convirtiendo en pequeño-burgueses, por eso mismo son en realidad antisociales, solo piensan en su felicidad personal y en su autopromoción. No les importa la emancipación colectiva ni la felicidad del mundo. Sus sueldos son buenos, sus trabajos son de tipo administrativo, ligero, limpio y respetable. Disfrutan de bienestar y de más formación. Son soberbios y vanidosos. Solamente se vuelven socialistas en las crisis económicas que les recuerdan que ellos también son jornaleros.

¿Qué es la autoridad?

Según la propia definición de Engels, la autoridad es la “imposición de la voluntad de otro sobre la nuestra”, (o viceversa) Tomando esta definición, con la cual, dicho sea de paso, concordamos, concluimos que la autoridad es entendida siempre como un supuesto inherentemente humano. Por ende cuando hablamos de autoridad, hablamos únicamente de la imposición del hombre sobre el hombre.La autoridad supone subordinación, sumisión. Y subordinación y sumisión suponen la necesidad de obedecer sin opinar, sin conocer el fin o sin estar de acuerdo con el mismo, so pena de recibir el castigo por romper la escala jerárquica. Es decir, la autoridad siempre necesita de la legitimación ya sea divina o jurídica.He aquí a lo que nos referimos cuando hablamos del principio de autoridad: a la autoridad divina y su hermana menor la autoridad jurídico/estatista, siempre de arriba abajo – jerárquica – y del centro a la periferia; siempre absoluta y permanente.Existe también lo que es conocido popularmente como “autoridad moral”. Hay quienes equiparan esta llamada “autoridad moral” con la autoridad divina o jurídica. Nada más lejos de la realidad. La primera es producto de las leyes naturales inherentes al ser humano, pues este es un ser sociable, no por elección, sino por naturaleza y la vida social no es mas que la dependencia mutua individuos/masa. Por lo tanto la llamada “autoridad moral” no es “autoridad” en el sentido estricto de la palabra, pues esta no es impuesta por ningún medio coercitivo (ni siquiera de carácter psicológico) sino por la influencia natural de cada individuo. Todo individuo influye y es influenciado, negar la influencia del otro sobre nosotros o la nuestra sobre los otros, es negar nuestra existencia social y el ser humano, solo puede ser humano en sociedad, por ende, negar la influencia, generada o recibida, es negar la existencia humana misma. Mientras que la segunda y la tercera, como hemos visto arriba, son la imposición del hombre sobre el hombre a través de instituciones y estructuras artificiales que justifican la opresión y sumisión.

Alianza Comunista LibertariaBreve introducción.En noviembre del 2004 publicamos en la Alianza de los Comunistas Libertarios (ACL) un volante titulado «El Anarquismo Revolucionario y los Partidos Políticos» [1] con motivo de una conferencia acerca de “la necesidad del partido obrero” impartida por un grupo leninista. En agosto del 2005 apareció un texto titulado «Contra todos los partidos, por la autoemancipació n de la clase»[2] del Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques (CICA) que es una critica a nuestro volante sobre los partidos.La crítica que nos lanza el CICA inicia de la siguiente forma:“Ya decía Engels, en su controvertido -para los anarquistas- texto «Sobre la autoridad» de 1873, que no se resuelve nada con cambiar las cosas de nombre. Y esta misma crítica se verifica con creces en el caso de la ACL.”Basta con terminar de leer este primer párrafo y conocer la fuente citada, para darnos cuenta que el CICA hoy, al igual que Engels ayer, no entendieron un pizca de los postulados anarquistas revolucionarios; y que por ende, toda su critica esta basada en una incomprensión, honesta o deshonesta, de los principios anarquistas y nunca de los principios mismos.En el siguiente trabajo, abordaremos, por cuestiones de espacio y tiempo, solo la cuestión de los fundamentos teóricos (en específico del principio de autoridad) que determinan nuestra praxis y no la cuestión practica-organizati va del partido (que será abordada a su debido tiempo). Clarificar nuestra visión materialista e histórica del principio de autoridad es el prefacio inmanente a nuestra respuesta sobre el partido, pues como veremos no existe una critica real hacia los principio anarquistas revolucionarios, sino a la incomprensión de los mismos.

El sistema donde estamos inmers@s impone matrices diferenciadores parahombres y mujeres, estos comportamientos se encuentransocioculturalmente instituidos, sin derecho a cuestionamiento, sin derecho a sertergiversados sin que la discriminación y la marginación se levantenpara tratar de encapsularlos.Se nos impone una manera de comportarnos, de pensar, en el caso de lasmujeres de sentir pasivo ,identificándonos por todos los medios como elsexo débil ,caracterizado por la dulzura ,la ternura, la desmesurahormonal, el ser "súper madres" llenas de caridad impulsadas de maneraintrínseco a proyectar y ejercer sin cuestionamiento aquel rol.Mientras que la Violencia, la agresividad, la lógica , la razón y el militarismoquedan confinadas para aquellos en el ejercicio de su masculinidad.Ahora bien, lo anterior trae consigo el enaltecimiento del “carácternatural” de la subordinación de las mujeres, ya que necesariamentetendrían que depender de un soporte, personificado por un padre o porun esposo .Así, el implícito patriarcado se mantiene intacto, como unapermanente sombra cuyo peso impide el desarrollo libre de nuestrasopciones de vida, conlleva una omnipotente identidad de género decarácter estático, que impide a mujeres y hombres ver más allá, dificultando laconstrucción de identidad de clase, ya que el peso histórico estaidentidad de género trae consigo que la hombría y la femeneidad sientanla convicción de construirse en base a falsos modelos, el primero enlazadoal poder y el segundo al sometimiento, lo que mas que complemento pasa aser el continuismo de una sociedad abatida y teñida por la dominación delos mas ricos por sobre nosotr@s, pueblo. Es decir la diferencia de poder yla explotación vivida por el trabajador en manos del patrón se traspasa,en la mayoría de los hogares, en la opresión del hombre sobre su mujer enel espacio privado.
 
Creación OKUPA okupa y resiste